Contexto histórico – cultural y filosófico de Ortega

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1. Contexto histórico
La filosofía orteguiana se sitúa en un período de vital importancia en la reciente historia de nuestro país: la Restauración borbónica, en la persona del rey Alfonso XII (1874-1923); la dictadura del general Primo de Rivera desde 1923, con la alternancia formal entre el partido conservador y el liberal; la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931 y la caída de la República, la Guerra Civil (1936-1939) y los primeros años de la dictadura del general Franco.
Desde finales del siglo XIX hasta la guerra civil, las condiciones socioeconómicas hacen de nuestro país una sociedad atrasada dentro de Europa, con un peso muy fuerte de la economía agrícola. Esta situación va unida a una fuerte separación entre una clase latifundista y caciquil, una gran bolsa de trabajadores y jornaleros del campo junto a una incipiente burguesía.
Al mismo tiempo, fuera de nuestras fronteras se suceden desde los inicios del siglo XX hasta mediados del mismo una serie de acontecimientos históricos, políticos y socioeconómicos que podemos condensar en los siguientes sucesos:
En la primera década del siglo asistimos al auge de un capitalismo incipiente tanto en las potencias europeas como en los EEUU. En los diferentes países se agudizan los enfrentamientos políticos revolucionarios entre la clase obrera y la clase capitalista y en Europa se produce la Primera Guerra Mundial que concluye en falso con el Tratado de Versalles que supone la pérdida de hegemonía y capitulación de las antiguas potencias centrales europeas. La vieja Rusia zarista sucumbe ante el alzamiento del movimiento obrero dirigido por Lenin quien encabeza la revolución Rusa de 1917 y la creación de la Tercera Internacional.
Durante el periodo de entreguerras se produce junto a la aparición de partidos de clase, socialistas y comunistas, la proclamación y el alzamiento de partidos fascistas, especialmente en Italia, España y Alemania. En los EEUU tiene lugar la gran crisis de 1929 a la que se intenta poner fin con la nueva orientación político-económica dirigida por Roosvelt (New Deal), que supone cierta intervención del Estado frente al liberalismo económico a ultranza. Tras el acceso al poder de los partidos fascistas en Alemania, Italia y España, se produce el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Después de la derrota de Alemania, Italia y Japón, y la victoria de las tropas aliadas; después de muerte y barbarie –campos de concentración y holocausto judío- se va a dividir el nuevo orden internacional en dos bloques: El bloque occidental que gira en torno a EEUU y que se organiza en torno a la OTAN y el bloque comunista, que se articula en torno a la URSS y cuya alianza militar recibió en nombre de Pacto de Varsovia.

2. Contexto filosófico-cultural
En esta época destaca el florecimiento de una serie de generaciones de pensadores y literatos como la generación del 98, con Unamuno y A. Machado a la cabeza, la de 1914 (novecentismo) con autores como Pérez de Ayala, Gómez de la Serna,…, con el propio Ortega, y la del 27, desde F. García Lorca hasta R. Alberti; músicos como Manuel de Falla o Albéniz y artistas del nivel de Picasso, Dalí o Miró.
En la época en la que vive nuestro filósofo destacan una serie de posiciones de carácter filosófico: idealismo, neokantismo, existencialismo, vitalismo, historicismo,…; las caracterizadas por su interés en el lenguaje y los problemas de la ciencia, como el positivismo, el Círculo de Viena y el estructuralismo y las que se centran en los problemas sociales y la crítica de las ideologías como el marxismo y el psicoanálisis.
Por su parte, Ortega está especialmente influenciado por una serie de corrientes filosóficas que tienen como ejes fundamentales: la historicidad, la vida y la irreductibilidad del ser humano. Así nos encontramos con: la fenomenología y el existencialismo que partiendo del viejo método fenomenológico intentará hacer su propio análisis de la existencia humana; el vitalismo, que se centra en la explicación del concepto de vida en el doble sentido de biográfico y vivencial y, finalmente, resulta fundamental la influencia del historicismo tanto en Dilthey como en Ortega.

3. El autor.
José Ortega y Gasset nació en Madrid en 1883 y murió en 1955. Escritor, ensayista y pensador, fue doctor en Filosofía y Letras, así como catedrático de Metafísica. Además de su tarea docente, escribió crítica literaria y de arte en El imparcial, diario del que su padre era director. Fundó la Revista de occidente. Intervino como teórico en política y defendió la República: a este fin creó la “Agrupación al Servicio de la República”. Finalizada la Guerra Civil tuvo que exiliarse a Francia, Argentina y Portugal.
En cuanto a su forma de entender la historia de la filosofía destaca tanto el diálogo que su propio pensamiento establece con la filosofía clásica de los griegos como la lectura que lleva a cabo de la filosofía alemana contemporánea.
Su obra se divide en tres períodos: El objetivista en el que Ortega vive en Alemania y se inicia en la lectura de la obra de Husserl, especialmente, en su ideal fenomenológico de «acercarse a las cosas mismas» en el que tratará de superar el error del objetivismo antihumanista que ira sustituyendo por la idea de vida.
El perspectivista en el que el ser humano aprehende las cosas, el mundo, situado en un lugar determinado desde cuya perspectiva descubre variedad de facetas que nos presentan las cosas y donde la realidad no puede ser contemplada, sino desde un punto de vista, la circunstancia, que cada cual ocupa en el universo.
Por último, el raciovitalista en el que la tesis fundamental es que «la vida es la realidad radical». Dentro de la vida, como realidad radical, se encuentra la razón, cuya dimensión principal es la historicidad. Ahora bien, desde este punto de vista no podemos cometer el error ni del racionalismo ni del idealismo. La razón orteguiana que se convierte en el constitutivo esencial del hombre es al mismo tiempo vital e histórica.
Entre sus obras cabe citar España invertebrada, en la que hizo un juicio político-social del país; La rebelión de las masas, que pronosticaba la crisis social de occidente que veía iniciarse; En torno a Galileo, donde enunció una de las teorías de las generaciones; con Las meditaciones del Quijote condensó su pensamiento filosófico encuadrado en el vitalismo; en El tema de nuestro tiempo aporta el historicismo.
4. Guía de lectura del cap. “La doctrina del punto de vista” de El tema de nuestro tiempo:
En El tema de nuestro tiempo, Ortega intenta proponer una renovación de la filosofía que supere la vieja oposición entre Razón y vida. El primer capítulo esboza su teoría de las generaciones.
En cuanto a la lectura del texto propuesto podemos establecer el siguiente esquema de trabajo:
1. Necesidad de realizar una síntesis entre “cultura” y “vida”.
2. La filosofía moderna nos ofrece dos formas de entender las relaciones entre cultura y vida:
a. El racionalismo que niega el sentido de la vida y rechaza la participación del sujeto en el proceso de conocimiento puesto que sólo existen verdades únicas en invariables al margen de la historia.
b. El relativismo que niega el valor de la cultura y afirma la imposibilidad de un conocimiento verdadero ya que en todo conocimiento influye la deformación del sujeto que conoce.
3. El perspectivismo frente a las posiciones tradicionales afirma que la función selectiva que ejerce el sujeto supone una perspectiva un punto de vista sobre el universo, por lo que no existe una verdad abstracta al margen del sujeto.
4. El error de la utopía racionalista ha consistido en creer en la posibilidad de afirmar un punto de vista desde ningún lugar, en una realidad absoluta sin la participación del papel del sujeto ni de su vida. Por eso es preciso sustituir la vieja razón pura por la razón vital (Raciovitalismo orteguiano).
5. La verdad es integral, es decir, presupone la yuxtaposición del conjunto de todas las verdades o perspectivas individuales.
6. Finalmente, Dios también sería un punto de vista.

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